Título: Quimera Autora: Teresa Cameselle
Editorial: Vergara Año: 2015
Valoración: 5 / 5
Como los del Señor, también los caminos empresariales son
inescrutables y llenos de decisiones absurdas en cuyo acierto hemos de creer
como dogma de fe. Las absorciones empresariales raramente se pueden llevar a la
práctica sin trauma, por lo que es de lamentar que el título que hoy traigo
para reseñar ya no esté disponible en papel por descatalogación del editor, a
pesar de llevar poco más de dos años circulando. Quizás si las editoriales no
inundasen el mercado con títulos estúpidos, los títulos que lo merecen podrían
permanecer en él, ganando una visibilidad que sólo el maremágnum de nuevas
publicaciones evita que tengan. Esperemos que muy pronto podamos contar con
otra edición, en este u otro sello. Por el momento, sin embargo, los interesados
tendrán que consultar en la biblioteca más cercana, tratar de conseguirlo de
segunda mano o bien leerlo en digital.
En fin. Dejemos a un lado las diatribas y centrémonos ahora
en Quimera, de Teresa Cameselle
(Mugardos, 1968), una novela que llegó al mercado en 2015 de la mano de Vergara
y precedida por el V Premio homónimo. Desde su debut en 2006 con el premiado
relato “El fondo del pozo”, la autora gallega ha consolidado una trayectoria avalada
por cinco novelas largas —incluyendo la trilogía Viaje a Bankara— que aumentarán a seis con la aparición el próximo
enero de Como el viento de otoño —ya
disponible en formato electrónico—, así como otras tantas novelas cortas.
La fusión, cuando se lleva a cabo con pericia, suele dar
lugar a resultados sorprendentes y novedosos —para bien, quiero decir—, y a
Cameselle se le ocurrió en Quimera
mezclar nada menos que elementos de la literatura romántica con un complot anarquista
en el Madrid de 1894, con improbables espías que acaban viviendo una historia
de amor más improbable si cabe.
Jorge Novoa —que, estilo spin-off,
proviene de la anterior novela breve Falsas
ilusiones—, encantador truhan y señor, y Mariana Montalbán, una [ya no tan]
joven decidida y emprendedora, confluyen por la acción de elementos externos
que les empujan y, quizás porque íntimamente se reconocen en el desvalimiento
del otro, establecen una relación donde lo más delicioso son sus chispeantes
intercambios dialógicos, administrados con habilidad por Cameselle, plagados de
dobles sentidos y juegos de palabras, llegando incluso a una escena memorable
donde inventan un Whatsapp avant la
lettre a base de intercambiar notitas.
Arropados por una interesante y bien delineada galería de
secundarios —entre los que hasta la mismísima reina gobernadora hace acto de
presencia— Jorge y Mariana, dos caracteres plenamente creíbles a pesar de lo
inusuales, van a tener que exponerse a romper no solo los convencionalismos
sociales, sino sus propias cautelas y temores, y decidir si merece la pena
dejarse arrastrar a la boca del lobo cuando uno no tiene gran cosa que perder y
tal vez mucho que ganar.
Con una notable economía de medios —las descripciones, por
ejemplo, dentro de su eficiencia están adelgazadas a lo imprescindible para
hacer las necesarias composiciones de lugar sin entorpecer la narración—,
Cameselle nos permite conocer a los personajes más al verles (inter)actuar —y,
sobre todo, hablar— que por lo que nos explica sobre ellos. De esta forma,
consigue una historia que avanza en todo momento con ritmo constante, sin
acelerones ni frenadas, pero sin que falten los momentos de tensión ni los de
pasión. Un velo sutil de melancolía destila toda la peripecia: a pesar del
oropel aparente, bien podría decirse que esta novela es una historia de
perdedores, y no solo me refiero a sus protagonistas, sino a todo el fresco que
la escritora compone.
Además de por la pulcritud estilística, Quimera destaca también por el cuidadoso trabajo de documentación
llevado a cabo por Cameselle para dotar de rigor no solo a los hechos
históricos, sino también a todos los elementos del “decorado”, como calles,
edificios, armas, vehículos… e incluso moda.
Sin que haya encontrado pegas dignas de mención, me parece
que se trata de una aventura muy disfrutable de lectura amena y ágil que lleva
al lector por las calles y salones de un Madrid donde la apariencia
polvorienta, encorsetada y aburrida oculta un corazón soterrado que palpita de
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario