El pasado jueves 5 pude asistir a la presentación del segundo
poemario de Mariola Hermida, Zurcindo
latexos (Zurciendo latidos, por el
momento solo accesible
en gallego), en el que la poeta nedense nos permite adentrarnos un poco más
en su personal universo poético. A pesar de su corto número de obras editadas,
la escritora es autora de numerosísimas piezas, muchas de las cuales tiene la
generosidad de compartirlas con quien quiera leerlas en su blog bilingüe, Cinamomo Rosa.
Quienes tenemos el placer de conocer a Mariola en persona y
de haber coincidido con ella en varios recitales, hemos podido constatar el
fuerte contraste entre su ser externo y la geografía interior que sus versos
describen: causa honda impresión oírla recitando con su voz suave y bonita,
bien modulada, radiofónica en un sentido nocturno, versos en los que los
aspavientos retóricos han sido concienzudamente exterminados y, en
consecuencia, brillan con la ferocidad de una hoja bien afilada verbos como
reventar, “laiar” u “ouvear” (estos dos últimos traducibles
por “aullar”) aplicados a la voz humana, o adjetivos como “mallado” (“molido” por efecto de una golpiza), aplicado al mundo; causa
sorpresa escuchar de labios de quien fue su profesor en un taller poético durante
muchos años decir de la siempre sonriente y afable Mariola que se resistía a
las dinámicas del taller, y calificar su actitud incluso de ocasionalmente “rabuda” (“que tiene mal genio”).
Y es que en el universo poético de Mariola Hermida encontramos
una enorme fuerza interior – que no debe entenderse, o no solo, como una
actitud de rebeldía, sino como la capacidad para trasmitir imágenes
contundentes con sus versos –, entreverada con otros elementos contrastantes o
incluso antitéticos que podríamos calificar de abúlicos – en absoluto encierra
el uso de este adjetivo una crítica o matiz negativo –.
De tener que describir la poesía de Mariola la calificaría
como una poesía del instante: si ya
hemos dicho que los gestos retóricos desaparecen en estas páginas – la autora
explicó durante la presentación que, en primer término, escribe un poema de
golpe, por efecto de la inspiración momentánea, y luego va trabajando sobre ese
primer boceto, dándole forma, limpiándolo de las excrecencias, hasta dejar solo
lo justo e imprescindible –, no es menos cierto que estamos ante una poesía con
una precisión de tal calibre que, incluso en piezas de seis o siete versos
compuestas por poco más de una docena de palabras consigue relatar una
historia, gracias al poder evocador de un lenguaje cuidadosamente escogido. La
sensualidad, el deseo, la entrega, la impaciencia, la pena, el amor, la
impotencia, … no son elementos ausentes de estas páginas, pero siempre están
envueltos en un aura de cierta tranquilidad, de paciencia, que remite al
concepto humiano de las “pasiones apacibles”.
El tercer elemento que me gustaría destacar de Zurcindo latexos – título extraído de
uno de los poemas que ya remite a ese contraste del que antes hablábamos: el
latido es el impulso vital primario e indispensable para existir, si bien a
veces la vida le arroja a uno a situaciones en que el latido se detiene o
parece que va a detenerse, de tan tormentosas como son; en cambio, zurcir es
remendar, reparar lo que está roto para que siga siendo útil: por tanto, ya
desde el inicio la autora (que confesó que la elección del título le había
resultado bastante ardua) nos hace un guiño y nos pone sobre la pista de la
que, en mi opinión, es la viga maestra de su quehacer literario: el aprender a
conformarse, a amoldarse a las situaciones (que no a resignarse, que es otra
cosa distinta) para conquistar una cierta serenidad –; el tercer elemento que
quiero resaltar sería el destacado papel que la naturaleza (entendida
ampliamente no solo como la presencia vegetal, sino también como meteorología)
juega en la poesía de Mariola Hermida, convirtiéndose en un actor más con valor
tanto simbólico cuanto con actitud proactiva, tal vez como herencia de la
tradición hilozoísta (presente también en algunos aspectos formales de muchas
de las piezas que componen este magnífico libro), que yo encuentro casi
consustancial al ser gallego y que es rastreable de una forma u otra en la
mayoría de sus autores.
JJJJJ
Muchas gracias Andrés.
ResponderEliminarNo tengo palabras para agradecer tan buena crítica.
un abrazo enorme desde mi corazón.
Siempre me ha gustado leer poesía en gallego, por la sensibilidad que transmite. Me gustaría saber donde comprar el libro.
ResponderEliminarmuchas gracias.
Hola. Yo el libro lo adquirí en la presentación, pero aquí tienes la página de la editorial (http://www.vampirodelibros.com/libros-ebook-a/0049/ficha/Zurcindo-Latexos.html) y su FB (https://www.facebook.com/pages/Editorial-VL/328365157254686). Gracias por leer el blog!!
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