Para
estas cosas desearía yo
tener poder
y voluntad:
para
reventar la cuadratura del círculo
con tan
sólo lanzar un suspiro;
para
desbaratar los argumentos más sólidos
con sólo
levantar una ceja de duda;
para
demoler los muros de piedra
con sólo
señalarlos con el dedo;
para…
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¡Más qué
importa, al cabo!
El
crepúsculo se cierra,
cada vez
más abatido por la lluvia,
y yo me
encaminaré al país del
Círculo
de Fuego,
y allí me
olvidaré de cuanto deseaba.
Llevaré
mis látigos-cilicios eternos
atados a
mis dedos,
y dejaré
de pensar en el saber,
en la
comprensión, en la ignominia,
en el
pecado…
¡Dejaré
de pensar, a secar, y desapareceré
para siempre!
También
yo he de emprender un
Viaje de
Invierno:
me llamaré
El Desaparecido,
y pondré
otra sangre
donde estuvo mi sangre
donde estuvo mi sangre
Me
encaminaré al país del
Círculo
de Fuego
viajando en
invierno bajo la lluvia fría;
nadie
notará mi huida,
nadie me
echará en falta;
y cuando
cese la lluvia y puedas
salir de
casa (tal vez para buscarme),
yo te
digo: no me busques ya, ahora,
no me
encierres en tus manos,
que me
rompes las alas;
ni vayas
a buscarme a otros países,
a otros
reinos que no son de este mundo:
ya no
deseo que me encuentres,
pues he
abandonado,
he
abandonado el Amor, la Alegría,
y he
tomado dos nuevos
compañeros
de viaje:
el
Silencio, la Amargura,
que me
son más fieles, más dóciles,
más
comprensivos y comprensibles
que nadie
en este mundo.
Otoño de 1999 - Primavera de 2004
Y este tiene mucha fuerza. Me gusta también.
ResponderEliminarMuy arrebatado.
bicos.