Ya hace mucho tiempo
que el papel
comenzó a convertirse en tinta.
Fue como en aquel otoño
en el que a pesar del frío no cayeron
las hojas;
los pájaros continuaron su canto
mítico
y continuaron también
los actos de belleza y vida.
Fue con el nerviosismo del primer día
sobre la tierra,
del último día sobre la tierra.
Las manos se guiaban solas,
ya experimentadas e inexpertas.
Los demás miraban alrededor
esperando el regreso de la primavera.
Tú volviste al papel
del que habías brotado en un sueño,
y si te dijeron algo,
ya no lo recuerdas.
Esperas aún bajo las hojas de otoño
que regrese el papel que no era tinta,
antes del primer tiempo,
porque siempre regresa.
Otoño 1999 - Primavera 2004
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