¿Y qué me queda al cabo?
Nada.
Y la muerte en mi mirada
vendrá a descansar.
¿Quién me ha de
turbar?
Las manos de hielo
que frívolas me tocaron,
y los labios de la mentira
que tenues me besaron,
tocado de muerte
me dejaron.
Otoño 1999 - Primavera 2004
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