En esta remozada Vivaldi edition de recientísima
aparición (noviembre 2014, aunque las grabaciones van desde reediciones de ítems
procedentes de Tactus de finales de los ochenta, hasta otros discos registrados
en verano de 2014), el sello holandés Brilliant Classics actualiza y expande
sus anteriores propuestas: la anterior edición con dos “packagins” distintos, y
la aún más obsoleta Vivaldi masterworks
de hace una década. Mantiene, eso sí, de todas ellas, los tres cds de
conciertos y sinfonías para cuerdas en manos de las Budapest Strings, interpretación
notable, pero pieza extraña en una colección por lo demás íntegramente
realizada en HIP.
Comienzan estos 66 discos con la
integral de los Ops. 1 – 12, en manos de L’arte dell’arco, con dirección y violín
solista del experto vivaldiano Federico Guglielmo (lo cual le presta una muy
interesante unidad de criterio); quienes también toman a su cargo la integral
de conciertos para oboe (solista Pier Luigi Fabretti), para cello (solista
Francesco Galligioni), conciertos con órgano obligado, una selección de conciertos
y sonatas, y la ópera Ottone in villa
(en total, 30 cds). Se trata, en todos los casos, de aproximaciones de calidad
extraordinaria, ideales, incisivas, pero completamente ajenas a los aspavientos
y manierismos excesivos que aquejan a la interpretación barroca actual. El
sonido es excelente.
Un sinnúmero de grupos bien
conocidos de larga trayectoria completan el resto de la colección, como el
Collegium Pro Musica, con los conciertos de cámara, y un número de sonatas que
incluyen Il pastor fido (obra de
Nicolas Chédeville, pero durante mucho tiempo considerado el op. 13 de Vivaldi);
La Magnifica Comunità, con los Ocho
conciertos solemnes; Cordevento en los concierto para flauta dulce; Concerto
Italiano en los conciertos para cuerdas; Ensemble Respighi, en los conciertos
para fagot; Modo Antiquo en los conciertos para flauta, para múltiples
instrumentos, oberturas operísticas y Juditha
Triumphans; Jaap ter Linden en la integral de sonatas para cello; entre
varios otros. La regla general es la excelencia absoluta.
Se completa la colección con
hasta 16 discos de música vocal, dividida en varios terrenos: por una lado, dos
óperas Teuzzone (una prestación
deslustrada a cuya crítica específica remito para más particulares) y Ottone in villa, con vocalistas que van
de lo bueno a lo muy bueno, destacando la mezzo Tuva Semmingsen en el rol
titular y el contratenor Florin Cezar Ouatu como Caio.
Por otro lado, nos encontramos
con una generosa muestra de la música sacra vivaldiana, con una Juditha Triumphans cuyas vocalistas (di
Castri, Sciannimanico, Kennedy, Rossi, Anketell), aunque notables, no me acaban
de convencer en comparación con la versión de Academia Montis Regalis y
Alessandro de Marchi en Naïve. La dirección de Sardelli y el toque de Modo
Antiquo, impecables.
También en el apartado de música
sacra, diversas obras recaen en su mayoría en Pieter Jan Leusink, al frente del
Netherlands Bach Collegium, con Marjon Strijk y Sytse Buwalda como vocalistas
principales. El desempeño de unos y otros es más que suficiente, aunque no tan
radiante como el de otros ítems hallados en esta misma colección.
También los anteriores, junto con
Sardelli/Modo Antiquo y vocalistas como Cecchi Fedi, Nicki Kennedy o Rossana
Bertini, ofrecen una selección de cantatas profanas presentadas con todo el
rigor que cabría esperar de especialistas en el periodo y el repertorio.
En suma, una colección que aúna
calidad, pasión, diversidad, luz, experiencia y conocimiento para devolver una
visión del maestro veneciano tan próxima a lo que debió ser el original cuanto
nos es posible imaginarlo.
JJJJJ +C
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