En el cielo de frío estaño
la luna a muerto canta.
Los pájaros surcando veloces
la danza celeste bailan.
Yo estoy aquí sentado,
mirando sin esperar nada,
mientras el cielo se dibuja
de borlas y de guirnaldas.
El frío junto a la noche
lento y seguro baja
y en su bajada repetitiva
de cosas oscuras hablan.
Mientras yo mirando, como
siempre sin esperar nada,
oigo el feliz parloteo
de los limones con las naranjas.
Una lluvia mansa y tranquila,
una lluvia pulverizada,
comienza, de brote insólito,
a poner la calle mojada.
Yo camino mirando,
siempre sin esperar nada,
a buscar un refugio donde
la lluvia no me pueda hacer nada.
Así que entro y enciendo la luz
y cierro la puerta de casa.
Otoño de 1999 - Primavera de 2004
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