sábado, 10 de agosto de 2013

LA integral

 
 
Con un sonido espléndido (bien que un poco crudo en algún punto en la sección de viento-metal, por lo demás estupenda), esta vibrante segunda integral grabada entre 1975 y 1980 que Jochum dedicó al sinfonismo del genio de Ansfelden, es considerada por muchos como LA integral (*) bruckneriana por antonomasia.
Jochum, que no era ya ningún mozo, sorprende no solo por su entendimiento sin giros estrafalarios del repertorio, sino por el vigor y pulso de sus idiomáticas lecturas, y por su capacidad para mantener la tensión sin renunciar (antes bien al contrario, acentuándola) a la esencial componente contemplativa o ascética de esta música, indispensable para comprenderla; adscribiéndose, al mismo tiempo, a la tradición germana que prima o destaca los elementos estructurales o arquitectónicos, algo tan necesario en estas composiciones que son el puente entre el sinfonismo realizado desde Beethoven hasta la fecha, y que miran ya a Mahler y posteriores (aun si para algún movimiento concreto, dependiendo del humor, uno podría agradecer algunos días unas aproximaciones más incisivas). Aunque esto siempre es discutible, la 8ª y la 9ª, en particular, me parecen fuera de serie.
El desempeño de la Staatskapelle Dresden es tan sobresaliente que permite comprender por qué después de más de 450 años de existencia, la formación sigue ocupando los primeros puestos en el ranking de orquestas mejor valoradas del mundo, con una pulcritud y dinámica de conjunto que es modelo de virtud.
(*) Conviene decir que no se incluyen las sinfonías 0 y 00; salvo que la adquiera en la reedición hecha por Brilliant, en cuyo caso contiene la primera en versión de Skrowacewski.

No hay comentarios:

Publicar un comentario