martes, 15 de marzo de 2016

Peter Cameron, "Algún día este dolor te será útil" - LIBRO DEL MES

Autor: Peter Cameron   Editorial: Libros del Asteroide   Año: 2012

Valoración♥♥♥


No le respondí. Sabía que mi madre tenía razón,
pero eso no cambiaba mi manera de ser.
La gente siempre cree que demostrando tener razón
puede hacerte cambiar tu manera de pensar”.

Peter Cameron, Algún día este dolor te será útil


La anterior cita da buena cuenta del carácter de James, el protagonista de Algún día este dolor te será útil, del estadounidense Peter Cameron; un muchacho de diecisiete años y precoz inteligencia que afronta ese momento crucial del crecimiento en que uno ha de decidir por sí mismo la persona que quiere ser y el futuro que desea vivir. Y también las consecuencias que en tan importante decisión pueden tener los hechos traumáticos más insospechados, así como el peso excesivo de los factores sociales frente a la libertad individual.

Alabadísma por la crítica y encuadrable dentro de lo que ahora se llama young adult —puesto que en la Literatura como en todo lo demás las cosas han de tener su correspondiente etiqueta y constreñirse a ella so pena de causar pasmo, desorientación y a saber cuántos males más—, esta novela formal y técnicamente simple contiene, sin embargo, numerosas reflexiones de hondo calado sobre la soledad y el aislamiento aún viviendo en medio de una de las urbes más bulliciosas que existen o han existido, Nueva York; sobre el extrañamiento que con la maduración podemos llegar a sentir hacia quienes nos rodean —las dificultades de comunicación, en la sociedad y en el microcosmos de esta que es la familia, serán un tema central a lo largo de todo el libro—; y, sobre todo, y más que ninguna otra cosa, sobre la construcción de la propia identidad ante lo que uno percibe como falta de referentes válidos, cuestión de especial complejidad en el contexto de un momento histórico donde los adolescentes se ven constantemente martilleados por la más profusa variedad de estímulos y reclamos.

La acción transcurre durante el año 2003, en verano en su mayor parte, con varias analepsis que permiten ahondar en los antecedentes del personaje. Hay cabida, dentro de la sencillez de la narración, para cierto estilo chispeante e ingenioso, aunque sin hacer grandes despliegues, lo que le va muy bien al retrato de la psique del personaje principal y narrador, puesto que a la par que una historia sobre el aislamiento, Algún día este dolor te será útil es también un retrato del empecinamiento juvenil.

James está atascado. Triste. Mohíno. Y, quizás lo más peligroso de todo, aburrido:

Es increíble la lentitud con la que pasa el tiempo cuando estás abatido”,

dirá. Pero como toda la gente inteligente, no ignora su estado, aunque pretenda disfrazarlo de indiferencia o incluso superioridad lograda a base de retorcer un lenguaje que domina mejor que quienes le rodean.

Tal vez ese sea el motivo por el que ahora prefiera que me ignoren: me distorsionaron de alguna manera irreversible. Pensé que la terapia es una manera ineficaz de enderezar las maneras irreversibles en que nos han distorsionado, como tratar inútilmente de desenredar una gran maraña de nudos que es imposible desenredar.”

Ante el panorama que se abre ante él, su único deseo es retraerse; su gran plan de vida consiste en recluirse en una casa en algún lugar remoto y refugiarse en la lectura. Sin embargo, como la madre de James le dirá a este, “Lo importante es que te guste la vida”: es imposible evitar la vida, esta ocurre lo queramos o no, y, en contra de lo que muchos podrían pensar, la única elección que nos cabe es aceptar o repudiar lo que nos ofrece. Así, varias experiencias —no completamente involuntarias, según creo— pondrán al protagonista frente al dilema de si debe o no comulgar con los planes que otros parecen haber trazado para él.

Acompañado de una galería de personajes que representan otros tantos arquetipos, y que no logran escapar de los clichés, James tendrá que plantearse que tal vez las cosas no son tan blancas o negras como uno puede creerlo desde la superioridad moral de sus diecisiete años.

Lamentablemente, la parte menos satisfactoria de la novela es, precisamente, la que atañe a la evolución del personaje, que se queda un poco coja, acelerándose en las últimas páginas de forma brusca e incluso injustificada. Las dos preguntas finales, no obstante, resumen lo que el autor pretende explicar a lo largo del libro —que no se pueden tomar decisiones muy drásticas o a demasiado largo plazo, puesto que la vida consiste en un perpetuo e inevitable cambiar—. Una novela que se deja leer sin dificultades, pero que dará al lector, joven o no tan joven, materia para la reflexión.


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