domingo, 1 de febrero de 2015

Algunos días de esos


Hay días tan duros que rompen el espinazo;

el espinazo de los peces

que se agitan en el fango

tan fuerte que se les ceban las branquias

y se asfixian.


Hay días de perros;

de perros que duermen solitos

a la intemperie

en el frío del invierno.


Hay días en que duele el mundo;

el mundo duele tanto

que la mezquindad es el único recurso

para no salir herido,

no sentirse vulnerable,

ser inmortal un poco.


Hay días de guerra con el armario

y de pelo hecho un asco

y días de salir trasquilado.

De exhalar hinchando los carrillos

e irse a la cama temprano.

De dejar la ducha para mañana

y olvidarse de la comida saludable.


Días de decirse: “Y después el raro seré yo”.


Hay algunos días,

días de esos raros,

en que llueve a horas inconvenientes

y ni rezando te para de doler el mundo.


El mundo: ese lugar extraño

donde cuanto más crees saber más confuso te sientes.



Otoño de 1999 - Primavera de 2004

2 comentarios:

  1. Es puro sentimiento,cuando nos levantamos,y nos pesa el mundo,y todo lo demás...la tristeza,el pesar...

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    1. Exactamente eso quería expresar, Alma. ¡Gracias por tu lectura!

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