miércoles, 11 de febrero de 2015

La paz sin la paz


La paz sin la paz

es un inesperado patrimonio de la grapa.


Ella olvida escribir todo lo que se le ocurre.


La muerte de la uva

nos ha dejado atónitos a todos,

y a la grapa, sumamente entristecida.


El párpado inverso celeste de la nube

llegó ayer,

está instalado en sus aposentos

y mañana comenzará su actividad

(tras un breve descanso).


Los siervos de la gleba ya han sido liberados

y ahora se dedican

a pedir limosna por las calles.


Las luces de la ambulancia,

y su compañera, la sirena,

son unas groseras,

por lo que los hijos de bombilla

les han dado una paliza.


Por favor, grapadora,

date prisa en llegar.


Tuya, la responsabilidad.


Otoño de 1999 - Primavera de 2004

No hay comentarios:

Publicar un comentario