sábado, 22 de marzo de 2014

Salir del armario

Uno puede necesitar salir del armario de muchas maneras. El día 2 de enero de 1842, una de mis autoras favoritas, la escritora inglesa Mary Ann Evans (conocida por la posteridad bajo su pseudónimo, George Eliot) rehusó asistir con su familia a la iglesia, revelando un supuesto ateísmo, así como un carácter fuerte e independiente que le debió ayudar a sobrellevar el cruel ostracismo al que la sociedad la sometió, tanto por su condición de mujer intelectual y librepensadora, cuanto, sobre todo, por su desafío a las convenciones, al convivir durante muchos años, sin casarse, con un hombre que ya estaba casado.

En una carta posterior, explicaba lo siguiente a su padre, a propósito de la Biblia: "Considero estos escritos como historias consistentes en una mezcla de verdad y ficción, y en tanto que admiro y aprecio mucho de lo que creo que ha sido la enseñanza moral de Jesús mismo, considero que el sistema de doctrinas construido sobre los hechos de su vida y diseñado en cuanto a sus materiales sobre nociones judías, es de lo más deshonroso para Dios y de lo más pernicioso en su influencia en la felicidad individual y social ".
 
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario