sábado, 22 de marzo de 2014

Shakespeare in the morning


Como me he despertado muy temprano he empezado el día de esta fantástica forma: primero he oído un par de las suites inglesas de Bach. Después, he leído un rato, primero "León de Bretaña", de Ramón Loureiro, y me ha hecho mucha gracia este párrafo:
"Al llegar al Colegio de Pago, el profesor de Gimnasia, harto de darle sopapos para intentar, sin obtener ningún resultado, que aprendiese a saltar el potro -lo del plinto, mejor ni mencionarlo-, se dio cuenta de que Miguel, contra todo pronóstico, se estaba convirtiendo en el líder indiscutible de la Carrera de los Castigados. Una competición, o más bien un peculiar método de tormento, que aunque en algunos casos sirvió para descubrir el potencial de nuevas figuras del deporte bretón, en bastantes otros casos solo sirvió para extender el convencimiento de que tal y como van los mundos de un tiempo a esta parte, no hay nadie de quien uno se pueda fiar".
Luego, he proseguido un poco más con mi laboriosa relectura de los sonetos shakespearianos, esta vez en idioma original. Piezas como la que sigue me dejan con la boca abierta y el alma rota:

"Against that time, if ever that time come,
When I shall see thee frown on my defects,

When as thy love hath cast his utmost sum,
Called to that audit by advis'd respects;
Against that time when thou shalt strangely pass,
And scarcely greet me with that sun, thine eye,
When love, converted from the thing it was,
Shall reasons find of settled gravity;
Against that time do I ensconce me here,
Within the knowledge of mine own desert,
And this my hand, against my self uprear,
To guard the lawful reasons on thy part:
   To leave poor me thou hast the strength of laws,
   Since why to love I can allege no cause."

Mi traducción, libre pero creo que más fiel al original que otras muchas que he visto, es esta: "Contra ese tiempo (si tal tiempo llegare) / en que te vea fruncir el ceño ante mis defectos, / en que tu amor haya arrojado su última cuenta, / llamado a tal auditoría por prudentes consideraciones; / Contra ese tiempo en que pasarás como un extraño, / y apenas me saludarás con ese sol que son tus ojos, / cuando el amor, transformado de lo que antes era, / encuentre razones de probada gravedad; / Contra ese tiempo me protejo aquí, / en el conocimiento de mi propio desierto, / y esta mano mía, contra mí levantada, / para guardar las legítimas razones de tu parte: / para dejar a mi pobre yo tú cuentas con la fuerza de las leyes, / en tanto que para amar, no puedo yo alegar causa alguna."

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