viernes, 22 de marzo de 2013

Una de pelis (I)

A continuación y muy brevemente dejo los títulos y opinión que me han merecido algunas películas que he visto durante las últimas semanas, ordenándolas de la que más me ha gustado a la que menos (aunque los puestos segundo, tercero y cuarto me ha costado decidirlos, así como el penúltimo y antepenúltimo):


* LA NOCHE DE LA IGUANA (1964): texto (adaptado) de Tennessee Williams, dirección de John Huston, y protagonizada por Ava Gardner, Richard Burton y una Deborah Kerr de mirada tan hipnótica y tan en estado de gracia que consigue incluso la difícil proeza de merendarse a sus dos colegas con patatas. ¿Se puede pedir más de una película? Se trata de una comedia negra (aunque algo dramática por momentos, como todas las buenas comedias) que toca múltiples temas, pero, en esencia, se concentra en la disfuncionalidad en las relaciones humanas y, singularmente, en la represión sexual (representada por los contenidos deseos, brevemente aludidos, del personaje de Grayson Hall [genial el simbolismo de la escena de la playa, con las olas golpeándole las piernas: no en vano, estuvo nominada al Óscar como mejor actriz de reparto]), en las reglas más sociales que morales que coartan nuestra libertad y en la confrontación entre el “amor divino” (encarnado por Deborah Kerr) y el “amor profano” (encarnado por Ava Gardner). Una película de diez sobre diez plagada de sutilezas, simbolismos (la iguana atada el principal), diálogos divertidísimos e ingeniosos y reflexiones sin desperdicio.


* SHUTTER ISLAND (2010): dirección de Martin Scorsese y papeles principales para Leonardo DiCaprio (que paulatinamente, desde Atrápame si puedes yGangs of New York, se ha ido transformando en un actor “serio” de capacidades más que aceptables), un excelente Mark Ruffalo, un Ben Kinsley quizás con un puntito excesivamente maníaco y un Max von Sydow tan impactante como siempre. Es una reflexión dramática de ambientes lúgubres y tenebrosos sobre la capacidad del hombre para enfrentarse a lo hostil por sí mismo y sin ayuda, y sobre la relación entre lo real y lo ficticio que, a pesar de algún detalle azaroso o poco trabajado aquí y allá y de algún momento de previsibilidad, se las ingenia para mantener hasta el último cuarto de hora el suspense sobre cuál de las dos versiones (o deberíamos decir percepciones) que se dan a lo largo de la película es la auténtica.


* ALBERT NOBBS (2011): segunda vez que Glenn Close se mete en la piel del personaje que da nombre a la película, con una interpretación tan sutil, intensa, entrañable y humana que la dejó a las puertas de Óscar (finalmente otorgado, por tercera vez, a Meryl Streep por La dama de hierro) y tercera vez que trabaja a las órdenes de Rodrigo García. No menos creíbles y excelentes son las interpretaciones de Mia Wasikowska, Aaron Johnson y, sobre todo, Janet McTeer (nominada también como mejor actriz de reparto), así como del resto del sobresaliente elenco. Esta fabula encantadora y sencilla se plantea el impacto que puede tener en nosotros el precio que hemos de pagar por sobrevivir, y lo acostumbrados que podemos llegar a estar a las apariencias, hasta el punto de olvidar quiénes somos en realidad. Profundamente conmovedora y emotiva.


* SHAME (2011): el imponente y atractivo Michael Fassbender y la no menos imponente y atractiva Carey Mulligan se ponen a las órdenes de Steve McQueen en este drama sobre [el poder atrayente y aislante de] la adicción y la obsesión (aquí particularizadas en la adicción al sexo), en una película que trata por todos los medios de mantener la elegancia y no caer en la truculencia que un tema tan delicado podría acarrear. Con todo, dado el asunto, las [varias] escenas de desnudo y sexo eran inevitables y, por mucho que a uno puedan alegrarle la vista, conllevaron la consecuente restricción de edad y, sin duda, alejaron definitivamente a Fassbender de un Óscar que hubiera sido merecidísimo por su sobresaliente interpretación (aunque, como consolación, obtuvo una Copa Volpi). El film es muy bueno y así lo reconocieron las críticas mayoritariamente positivas, aunque personalmente echo en falta un poco más de desarrollo.


* PROMETHEUS (2012): a juzgar por las críticas tanto inmediatas como más reposadas, los fans de la saga Alien no han quedado contentos con esta muy anticipada precuela. La dirección de Ridley Scott es buena, la película tiene sus momentos y se deja ver sin dificultades, pero, en general, plantea más interrogantes de los que resuelve, la acción llega a ser errática o casi increíble en algún punto, y el diseño de los personajes deja mucho que desear para una producción de este coste (130 millones de dólares). Hay que decir en su descargo que se deducía claramente la necesidad de apoyar esta cinta con una continuación que ya ha sido confirmada, a pesar de las dudas que había al respecto. El destacado plantel de actores hace lo que puede con lo que tiene y saca todo el jugo a sus roles, destacando especialmente, por su posición central, el retrato que Michael Fassbender hace del androide David. Como detallar todos los problemas que plantea la película me obligaría a extenderme mucho más de lo que es intención de este post, abajo dejo, para quienes hablen inglés, un vídeo que aúna rigor, diversión e ingenio con una crítica concienzuda y minuciosa.


* EL HOMBRE SIN EDAD (2007): el retorno de Francis Ford Coppola a las pantallas tras una ausencia de diez años debió dejar boquiabiertos y algo decepcionados a su legión de seguidores, al presentar, basada en una novela de Mircea Eliade, una historia densa y compleja que pierde fuelle a medida que avanza a pesar de lo sugerente de su argumento:“En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, la vida de Dominic Matei, un anciano profesor, sufre una extraña transformación: tras ser alcanzado por un rayo, no sólo sigue vivo, sino que rejuvenece. Este hecho despierta el interés de los nazis, que pretenden servirse de él para sus investigaciones y experimentos. Dominic se ve entonces obligado a huir y a adoptar una nueva identidad. Convertido en un fugitivo, vagará por diversos países y conocerá a Verónica, una mujer idéntica a Laura, el gran amor de su vida (FILMAFFINITY).” Se plantea cuestiones como la identidad, la durabilidad del amor, la posibilidad de verdadero conocimiento de las cosas, y otras preguntas metafísicas y trascendentes. Excepcionales actuaciones sobre todo de Tim Roth y Bruno Ganz (insuperable en su retrato de Hitler en El Hundimiento). Te gustará si te gustaron (como a mí) La fuente de la vida (Darren Aronofsky), El curioso caso de Benjamin Button (David Fincher) o El árbol de la vida (Terrence Malick).


* BLANCANIEVES (MIRROR, MIRROR) (2012): podría empezar por la manía que tienen ahora las distribuidoras de mezclar inglés y castellano en un mismo título, pero en realidad eso no es culpa ni demérito de la película, ni de la productora, ni de su director (Tarsem Singh). De todas las aquí tratadas es la única cuyo visionado podéis ahorraros sin temor a perderos nada importante. Julia Roberts está meramente correcta en el papel de madrastra (casi es más interesante en las momentáneas apariciones como “espíritu del espejo”); el resto de actores, salvedad hecha en algún momento del rol secundario de Nathan Lane, hacen un trabajo pasable como mucho. Por lo demás, la cinta está llena de tópicos y lugares comunes, gags ya vistos y escenas con palabrería insustancial. Hay que decir, en descargo de todos los implicados, que es realmente difícil decir algo nuevo en una historia y unos personajes que ya han sido tan trabajados, visitados y revisitados. Pero, a la luz de los resultados obtenidos, podían haberse ahorrado el esfuerzo y el dinero: no hay nada destacable en esta historia, ni siquiera para ensañarse, y esa es la impresión con la que se queda uno después de verla: vale, y ahora, ¿qué?
 
 

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